Somos que comemos

somos que comemos

Somos qué comemos?

Una de las necesidades básicas que nos pide nuestro cuerpo a diario es comer, muchos lo vemos como algo que no tiene importancia más allá, que la de saciar el hambre y darnos placer. Sin embargo, las consecuencias que vemos en nuestra salud y nuestro cuerpo a lo largo de los años, están estrechamente relacionadas con nuestra forma de comer.

Nuestros Hábitos alimenticios:

Durante diez años el cuerpo pasa por un proceso de renovación celular a profundidad y básicamente lo que comemos afecta positiva o negativamente al instante, nuestra salud.

De hecho, muchos estudios científicos han demostrado que la dieta incide en la salud de manera fuerte y rápida y se ha difundido el famoso lema a nivel mundial: “Somos lo que comemos”, por lo que mantener ciertos hábitos alimenticios puede ayudar a revertir el curso de muchas enfermedades relacionadas con el sistema inmune, incluyendo el cáncer, una enfermedad que ha cobrado tantas vidas en todo el mundo.

Vitaminas

Debemos ser conscientes de que las vitaminas se pierden especialmente cuando los alimentos no se preparan con cuidado, ajustando la temperatura y el reloj. Someter a los alimentos en preparación a un calor extremo, puede hacer que pierdan sus vitaminas, de igual forma nosotros perderíamos la oportunidad de que éstas contribuyan a mejorar y mantener nuestra salud. Todas las vitaminas son sensibles a la luz, a los iones metálicos presentes en el óxido de los cubiertos o utensilios de cocina, y las vitaminas hidrosolubles (B2, B6, B12) aún siendo más estables que las liposolubles (A, D, E, K) tampoco deberían exponerse a la luz solar ni al oxígeno, para evitar una mayor pérdida de nutrientes.

Factores

Es ahí donde intervienen los factores principales que nos hacen perder las propiedades de los alimentos: el calor, el tiempo de preparación y el agua pueden llegar a reducir la cantidad de nutrientes presentes en las comidas. Permítele a tus genes aprovechar más nutrientes aplicando el menor tiempo de cocción y calor posible cuando estés preparando tus recetas favoritas. En ocasiones habrá verduras que es preferible consumirlas sin cocer y sin quitarle la piel, por ejemplo. El agua de cocción, por el calor implícito en el proceso, las ataca, las disuelve parcialmente, y generalmente terminan en el desagüe.

Oportunidades

Muy pocas (vitaminas) son las que toleran altas temperaturas como la vitamina A, D y E, sin que ésto las pueda destruir, sólo que deben exponerse lo menos posible al oxígeno y a la luz. El resto de las vitaminas, especialmente las hidrosolubles, entre las que tenemos, la vitamina C, las vitaminas del complejo B, y el ácido fólico, son particularmente sensibles tanto a la luz como al oxígeno, y si se considera hervir los alimentos que las contienen, debe hacerse suavemente, a bajas temperaturas, y en poco tiempo de cocción, ya que no son termoestables, así garantizaríamos su conservación hasta que lleguen a nuestro plato.

Cocinar bien

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Cuidemos especialmente además no exponer nuestros alimentos al aire, evitando el riesgo de pérdida de nutrientes por esta vía. Para minimizar la exposición al oxígeno, se aconseja triturar todo alimento y consumirlo lo más pronto posible. Si fuese absolutamente necesario guardar las verduras preparadas, se recomienda mezclarlas inmediatamente con un poco de vinagre o limón y guardarlas cubriéndolas con papel aluminio en el refrigerador

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Pan Integral

o en un lugar fresco y oscuro, para ralentizar la descomposición de la vitamina C. No se arriesgue a perder las vitaminas que tanto necesita su sistema corporal aumentando el tiempo de cocción de sus alimentos, algunas vitaminas aparte de ser sensibles al calor también desaparecen a medida que aumenta el tiempo de cocción. Por lo tanto: cocine todo en el menor tiempo posible. Las recomendaciones generales que debemos seguir son:

Mantener el valor vitamínico

No cocinar los alimentos por más de 10 minutos, cocinar primero las verduras que necesitan mayor tiempo para ablandarse como la zanahoria y cebolla y luego agrega al calor las más blandas como el pimiento, tomate y ajo. También una buena idea al preparar las sopas, es cortar las verduras en trozos más pequeños y estarán listas para su consumo en menos tiempo. Todo es cuestión de organizar y adaptarse a una nueva forma de cocinar y el premio será el gozar de buena salud.