Bora Bora. Tahití y sus Islas
Tahití y sus Islas (territorio francés) guardan paraísos que han seducido a navegantes, exploradores y artistas de distintas épocas. El atolón de Bora Bora es uno de ellos. Su laguna de aguas turquesas refleja la silueta del monte Otemanu, un volcán extinto que se eleva sobre un litoral de arenas blancas y cocoteros. Esta imagen idílica se repite unos kilómetros al este en el atolón Aitutaki de las Islas Cook, donde los hombres de la Bounty casi tocaron su sueño en 1789.
Cala di Volpe, Cerdeña, Italia
La denominada Costa Esmeralda, en el norte de la isla italiana de
Cerdeña, alberga algunas de las playas más bonitas del Mediterráneo
occidental. En el golfo de Arzachena, la Cala di Volpe se lleva los
mayores elogios. Se trata de una playa de piedra rojiza y arena rubia,
orientada hacia el Parque Nacional del Archipiélago de La Maddalena, un
paraíso ecológico por la pureza de sus aguas y su abundante fauna
acuática. En las cercanías se halla el conjunto megalítico de la Tumba
de los Gigantes, con más de mil años de antigüedad.
Cayo largo, Cuba
El corsario Francis Drake y también Cristóbal Colón desembarcaron en
Cayo Largo antes de cruzar el Atlántico. Cinco siglos después, aquel
islote situado a 177 kilómetros de la costa sudoeste de Cuba es un
destino único para disfrutar del sol y las aguas del Caribe. Las playas
Sirena, Lindamar y Paraíso, con palmeras enanas inclinadas sobre la
arena blanca, preservan la imagen de edén que hallaron los antiguos
navegantes. Cayo Largo está conectada por barco con Varadero y por
avión con La Habana, la capital cubana.