
Cala Macarelleta. Menorca
En la costa sur de la isla Menorca tiene algunas de las mejores playas 
         
         de España: calas de arenas blancas abrazadas por pinos que se asoman al 
         
         agua desde las rocas. Cala Macarella y su hermana pequeña, Macarelleta, 
         
         son un excelente ejemplo de este paisaje mediterráneo. Se encuentran a 
         
         14 kilómetros de Ciutadella, siguiendo una carretera flanqueada por 
         
         muros de piedra seca que, después de serpentear entre campos sin 
         
         cultivar, desciende por un torrente hasta casi alcanzar la arena. Para 
         
         disfrutar a fondo de un día en estas playas es indispensable llevar 
         
         gafas y tubo de buceo.

Ölüdeniz, Turquía
 En el litoral mediterráneo yace La costa de Licia ofreciendo la 
         
         oportunidad de bañarse en playas que han visto pasar una decena de 
         
         civilizaciones. La ruta que encadena los arenales más bonitos debe 
         
         detenerse en la larga bahía de Ölüdeniz, cuyas plácidas aguas le han 
         
         valido el sobrenombre de Blue Lagoon. Una parte de la bahía está 
         
         declarada parque nacional y constituye un enclave ideal para remar en 
         
         canoa y sumergirse en busca de alguna tortuga marina. Las ruinas 
         
         romanas y licias son un perfecto complemento histórico.

Palombaggia. Córcega (Francia)
 El extremo sur de la alargada isla de Córcega reúne playas que, como la 
         
         de Palombaggia, ejemplifican el Mediterráneo más puro. Bajo la sombra 
         
         de los pinos se descubren los juegos de luz que el sol crea sobre las 
         
         rocas y la espuma de las olas.
         
         La cala se encuentra dentro del término de Porto Vecchio, una antigua 
         
         población marinera ahora dedicada al turismo y con un puerto muy 
         
         animado. Otro aliciente de Palombaggia es su proximidad a las islas 
         
         Cerbicale, una reserva natural habitada por multitud de aves marinas.